La reforma científica del cuidado de la piel

Envejecimiento de la piel

El envejecimiento de la piel es un hecho de la vida; todo el mundo se enfrentará a él tarde o temprano.

El envejecimiento intrínseco es el proceso de envejecimiento que tiene lugar a lo largo de los años, independientemente de las influencias externas. A partir de los 30 años, la producción natural de colágeno disminuye rápidamente. Las fibras de colágeno y elastina se vuelven más gruesas, menos organizadas y más sueltas, lo que da lugar a una piel inelástica y quebradiza y, con el tiempo, provoca arrugas y flacidez.

El proceso de exfoliación de la piel también disminuye, lo que hace que las células muertas de la piel se acumulen y se peguen durante mucho tiempo. Esto hará que la piel tenga un aspecto apagado y cansado.

A los 30 años, la transferencia de humedad de la dermis a la epidermis se ralentiza y las células grasas empiezan a reducirse, y a los 40 años ya no se produce colágeno. Las fibras de colágeno y elastina se engrosan, se endurecen, se agrupan y pierden su elasticidad.

Muchas personas encontrarán un envejecimiento muy visible en su propia piel entre los 30 y los 40 años.

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A los 50 años, la piel se reseca, se magulla con más facilidad, pueden aparecer venas rotas y los poros se agrandan.

Por último, también se produce una reabsorción ósea que puede hacer que la cara empiece a parecer más delgada y dé un aspecto de caries/caída. Además, en las mujeres, la menopausia, con su disminución de los niveles de estrógeno, hace que la piel parezca seca, apagada y arrugada.

El envejecimiento extrínseco es el segundo tipo de envejecimiento de la piel. A diferencia de la causa anterior del envejecimiento de la piel, este puede controlarse ya que es el resultado de los daños ambientales.

El envejecimiento extrínseco se manifiesta en forma de engrosamiento de la capa más externa de la epidermis, cambios precancerosos (un ejemplo es la queratosis actínica), cáncer de piel, formación de pecas y manchas solares, y enormes pérdidas de colágeno, elástico y glicosaminoglicanos,
Como resultado de estos procesos, la piel se vuelve áspera, de tono desigual y con arrugas.

Las influencias ambientales, como la contaminación, el tabaquismo y los rayos infrarrojos, generan radicales libres.

Los radicales libres dañan el ADN y las moléculas de la piel provocando cáncer de piel, envejecimiento, despigmentación (manchas solares, decoloración), venas rotas y aceleran el fotoenvejecimiento y las arrugas.

Nuestro cuerpo es incapaz de reparar el ADN dañado a partir de cierta edad. La prevención es la clave para minimizar las arrugas y el envejecimiento y daño de la piel.

Se ha demostrado que los antioxidantes tópicos correctamente formulados, como la vitamina C y la E, neutralizan los radicales libres que dañan la piel y contribuyen a la eficacia de los protectores solares.

¿SABE QUÉ CUIDADOS DE LA PIEL DEBERÍA UTILIZAR? CUÉNTANOS UN POCO SOBRE TUS OBJETIVOS Y TE ACONSEJAREMOS